sábado, 6 de noviembre de 2010

Zarpemos

Empiezan a pegar los rayos de sol en el agua,
que los distorsiona y los alborota: suave fragua
una estatua luminosa de reflejos de limón.
Es una tremolina de luz en la vela, linón
tendido que vuela y se inclina, como una gaviota,
a zambullirse en la marea. El velero flota
y se deja llevar con la calma de la mañana.
Y el agua ahora torna rosa; visión lejana,
en un mismo horizonte se combina la losa
celeste del cielo, de ilusión, de azul, y la rosa.

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