La espuma del mar recorre la costa, es como una manto de perlas que viste Hawaii de extravaganza. Los hombres levantan las velas como un pastel de cumpleaños. Se rompen vitrinas y pedazos de vidrio bailan dando vueltas en el aire. En horas de preocupación, una ola se levanta, la tierra tiembla. Hemos llegado a creer que siempre sería igual de normal.
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